El indestructible Lyon

Tremendo lo del Olimpique Lyonnais. Un equipazo en una liga mediocre, en la cual ha ganado de calle los últimos cinco campeonatos y se ha codeado con los grandes del contiente en las últimas ediciones de la Champions. Ese equipo que hace trizas al Madrid galáctico cada mes de septiembre ya nos empieza a acostumbrar. Y todo por su gusto por el buen fútbol, un juego agresivo y a la vez rápido y dinámico, con buen gusto por el balón.

Buena culpa de ello la tiene uno de los futbolistas brasileños menos mediáticos del planeta futbol. Ello no le impide ser considerado el mejor lanzador de faltas del mundo, y es que su folha seca vuelve absolutamente locos a los porteros, y si no que se lo preguntan a Casillas. El portero madridista no supo si salir a buscar el balón o esperarlo bajo los palos, fascinado por una trayectoria que ya le había costado un gol de falta el año anterior. Ahí apareció el avispado Malouda para empujar a la red lo que acabó siendo un centro cerrado.

Aún soprendió más la gran actuación de Carew, aquel delantero larguirucho y torpón que se trajo Ranieri a Mestalla hace unos años. EL miércoles trajo de calle al flamante Balón de Oro, aunque el jugador que ha venido al real Madrid debe ser el hermano de Cannavaro. No pudo en ningún momento con el noruego, ni encimándolo ni dándole unos metros. Tremendos los movimientos de Alieu, titular por la ausencia de Fred.

Y es que el Lyon no sólo tiene un equipazo, sino que además tiene banquillo para rato. Un equipo que se permite el lujo de sentar en el banquillo a Kallstrom, Alou Diarra y el interminable Wiltord, está llamado a hacer grandes cosas. El año pasado cayó eliminado por el Milan en cuartos, tras haber sido superior en el juego. Veremos de lo que es capaz este año y recoge el testigo del otro Olympique, el de Marsella, el único equipo francés que ha levantado la Copa de Europa, en el año 93.