viernes, 13 de abril de 2007

Pleno inglés

Al igual que sucediera con el fútbol español en la Champions de 2000 o con la liga italiana en 2003, la liga inglesa ha logrado colar a 3 de sus representantes en las semifinales de la Liga de Campeones. Un justo premio para los inventores del futbol y para una liga infravalorada en los últimos años, pero que nada tiene que envidiar a sus homólogas latinas. Supone el éxito de un modelo concreto de fútbol, basado en la confianza en los entrenadores, emn los proyectos a largo plazo, en la pasión por el fútbol, en la profesionalidad de los futbolistas. Tres equipos con entrenadores no ingleses y de capital no inglés imprimen carácter e identidad a la Premier, devorada por la avalancha mediática de las ligas española e italiana.
El Liverpool de Benítez basa su éxito en el orden y el tesón de su juego. Los petrodólares dotan al Chelsea de fuerza, gol y un inconfundible espíritu ganador, como se vio el miércoles en Valencia, un equipo al que no le tiembla el pulso porque se sabe superior aun yendo por detrás en el marcador. Lo del Manchester es cuestión de técnica y genialidad. Con el mismo equipo que se estrelló estrepitosamente el año pasado excepto Van Nistelrooy, Ferguson reverdece viejos laureles apoyándose en la definitiva explosión de Christiano Ronaldo, acompañado por los dos mejores centrocampistas ingleses del momento (Carrick y Scholes), con lo que la debacle de la pasada temporada debe interpretarse como un mero bache. Para la historia nos deja un histórico 7-1 a la Roma, uno de los equipos que mejor defiende en Europa.
La seriedad del futbol inglés le asegura al 75 por cien la presente edición de la Champions, con el Milan como convidado de piedra. Equipos que fichan bien y barato, sin hacer mucho ruido, curiosamente en una liga con apenas jugadores sudamericanos importantes (Baptista, Heinze, Tévez), entrenadores que gozan de confianza, futbolistas que se toman su trabajo con seriedad, sistema y un calendario de competición que invita al aficionado a ir al fútbol incluso en navidades. Nada que ver con la ostentación de las ligas española e italiana. Son culturas futbolísitcas distintas y modelos de gestión dispares, y esta vez el éxito ha caído del lado de la paciencia y el tesón.

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