miércoles, 28 de febrero de 2007

Proceso de paz, minuto y resultado

Tras los últimos hechos acontecidos tras el atentado de barajas, el último diagnóstico al proceso de paz da como resultado un coma profundo. La bomba de la T4, empleada por ETA para dar un toque de atención y que no contó con dos ecuatorianos sesteantes, ha dilapidado definitivamente los posibles movimientos en materia política y/o penitenciaria que podía dar un gobierno español que había llegado a un punto en el que no sabía hacia donde ir: o bien acercar presos, o esperar a un gesto más fehaciente por parte de ETA, esperar a que la izquierda abertzale pasase por el filtro, o no hacer nada. Y este último fue el camino escogido por el ejecutivo de Zapatero, un presidente que ha dirigido un sinfín de gestos sin precedentes hacia Batasuna. Con el parking de la Terminal se hundieron también las esperanzas que podía tener a pesar de todo la izquierda aberztale. Para colmo, la organización protagonista del atentado mantiene el alto al fuego y se reserva el derecho a responder si lo estima oportuno. Estas muestras alargan el coma profundo en que se encuentra el proceso de paz, convrtiéndolo en un no-proceso, agravado con un no-alto al fuego decretado por ETA. Con este particular concepto de tregua, Batasuna sigue creyendo que el proceso sigue vivo y es más necesario que nunca, sin asumir las propias responsabilidades.

Con un proceso con mimbres más firmes que cualquier otro anterior, con conversaciones secretas entre la izquierda abertzale y el PSE, y con más filtraciones de los sevicios de inteligencia a los medios (especialmente EL Pais y El Correo/Diario Vasco) sobre la situación del proceso, la cara interna y las posibles intenciones de los actores. El tercer proceso de paz de los últmos años aun no habiendo muerto definitivamente, ha fracasado, y no sólo por el atentado de ETA. La división entre los dos grandes partidos españoles para encararlo lo ha convertido en un elemento más del juego político, algo que no es de extrañar siendo España el único país europeo donde se hace política con el terrorismo (véase el asunto del 11-M). El PSOE se dejó llevar por la excesiva politización del proceso y convirtió su éxito o fracaso en el éxito o fracaso del ejecutivo en sí.

(esta entrada está en obras, disculpen las molestias)

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