martes, 20 de marzo de 2007

El Messías manda al Madrid al purgatorio

Suerte hubo que el gran clásico no se disputó en la capital de España, ocupada por la plana mayor y menor del PP. Dos equipos heridos por su eliminación europea se medían para calibrar sus fuerzas en un duelo impresionante. Basta con decir que el Madrid creó en 90 minutos más ocasiones que en los 10 partidos precedentes, donde la media goleadora estaba por debajo de un gol por partido. El novedoso y descorcentante 3-4-3 de Rijkaard volvía a fracasar estrepitosamente, conviertiendo a Iniesta nuevamente en lateral izquierdo, volviendo locos a los dos falsos laterales (Oleguer y Puyol), colocando a un líbero sin gran salida de balón (Thuram), convirtiendo el futbol de Deco en intrascendente, desesperando a Rinaldinho, obligando a Eto'o a caer a la banda izquierda,... Un sinfín de despropósitos que sin embargo no evitaron que el Barcelona tuviese suficientes ocasiones para vapulear al Madrid. Nunca va a tener un partido tan claro el conjunto blanco para vencer en el Camp Nou, hasta tres veces se adelantó en el marcador y las tres veces fue neutralizado por la gran estrella de la noche, Leo Messi, probablemente junto con Christiano Ronaldo el futbolista más desequilibrante que se vislumbra para la próxima década. El gol era la asignatura pendiente del delantero azulgrana, y el sábado le bastó un error de marcaje de Miguel Torres, un despeje desastroso de la defensa madridista y un doble quiebro a los centrales blancos para firmar su primer hat trick, y probablemente no el último con el Barça. Ese gol a última hora mandó al Madrid al purgatorio de la tercera plaza, a 5 puntos del Bça y el Sevilla, cuando ya se imaginaba a dos de los blaugranas.

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