jueves, 22 de marzo de 2007

La decadencia de Raúl

Muchas eran las expectativas para la convocatoria de Luis Aragonés de cara a los decisivos encuentros de la selección española frente a los combinados de Dinamarca e Islandia। Máxime habida cuenta de que el partido contra los daneses se celebra en el Santiago Bernabéu. Uno de los jugadores que más ha maravillado a es estadio a lo largo de su historia, Raúl González, se quedaba una vez más fuera de la convocatoria. Este hecho supone la puntilla definitiva como internacional para el capitán. Su no presencia en un encuentro tan importante de la fase clasificatoria para la Eurocopa lo convierten en un jugador prescindible y banal para la absoluta. Máximo goleador de la historia de la selección, máximo artillero en los Mundiales con la roja, entre otros muchos logros que adornan su palmarés. No obstante, los galones no le han sido suficientes para asegurarse su presencia en un encuentro vital para el futuro del fútbol español. Y eso que últimamente su titularidad en el Madrid había dejado de estar bajo sospecha. En la selección ya le han adelantado como prioridades Villa, Torres y su amigo Morientes, no obstante Aragonés se resiste a buscar la cuarta alternativa, tras el fracaso de Arizmendi.
Ya casi metido en la treintena, la carrera de Raúl se dobla coincidiendo con el inicio de la cuesta abajo del Madrid galáctico. Concretamente en la Liga 2003-04. Tras ser eliminados por el Mónaco en cuartos de la Champions, los blancos se vienen abajo y dilapidan la ventaja obtenida en la liga, y ponen el título en bandeja de plata al Valencia. El rendimiento de otros cracks como Zidane, Figo o Ronaldo empieza des de ese punto a estar bajo sospecha. Es el momento en que empieza a ser visible la putrefacción interna del Real Madrid, con jugadores sin hambre de títulos y sin ilusión y más pendientes de su agenda comercial y fiestera que del balón. Y por si fuera poco, con una plantilla elaborada por el pripio presidente y con la titularidad asegurada en función del salario. Probablemente, sin el ambiente de destrucción interna y de lenta agonía que le rodeaba, la cuesta abajo de Raúl hubiese tardado un poco más en llegar.
En un jugador que apenas había sufrido el calvario de las lesiones, se pierde cuatro meses de la temporada previa al Mundial de Alemania. Su forma y su rendimiento quedan disimulados con la convalecencia de la lesión. Empiezan a ser habituales las suplencias en el Madrid, y ya nadie duda de que el 7 madridista ya no volverá a ser el mismo. Un jugador que no destaca por ninguna faceta ni técnica ni física se ha convertido en uno de los mejores de la historia fútbol español en trayectoria, influencia y cifras. No tiene una velocidad que deje atrás a los defensas, ni una potencia descomunal, ni un regate endiablado, ni siquiera sabe tirar las faltas como es habitual en los cracks (tan sólo se le recuerda un gol al Celta), por no hablar de los penaltis tras su fiasco ante Barthez. Aun así, tiene más picaresca en el área que ninguno, y es el primero en presionar la salida del balón. Su incuestionable entrega es lo que le ha llevado hasta lo más alto, y será lo que acabe con él.
Se une así a la lista de desagraviados por el Sabio de Hortaleza para la selección: Víctor Valdés, Helguera, Guti, un grupo al que ya están a punto de incorporarse Joaquín y Reyes, y en el que a punto estuvo de quedarse Morientes. Por muchas grandes actuaciones que cuajen, lo tendrán difícil para volver a obetener la confianza del seleccionador, que prefiere morir con la vieja guardia. Es discutible la presencia de Marchena, Albelda, Juanito, Javi Navarro y Antonio López, y aún más discutible la ausencia de agradables novedades como Albiol, Alexis o Miguel Torres. Caso aparte es Jesús Navas, que sufre serios problemas de ansiedad que ya le costaron algún disguto en las concentraciones con la sub'21.

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